empresa familiar
16
Ene

«Lo que destruye a la empresa familiar es la propia familia»

Josecho Vizcay, «coach» especialista en asesoramiento de empresas familiares, asegura que el «error más común» en los procesos de sucesión en este tipo de compañías es «pensar que la familia se lleva bien y no necesita ayuda».

«Coach» personal, ejecutivo y empresarial, Josecho Vizcay Eraso está especializado en comunicación, mediación y asesoramiento a familias empresariales. En su libro «El masajista de almas» quedan reflejados muchos conflictos habituales en empresas familiares en los que el coaching fue decisivo para superarlos. Josecho no solo salvó las empresas sino que ayudó a mejorar la relación entre los miembros de las familias.

-¿Cuándo recurren a un «coach» las empresas familiares?

-Es frecuente que lo hagan cuando hay conflictos entre los miembros de la familia o los cónyuges o cuando quieren mejorar algún aspecto de su relación. También cuando los hijos creen que deben adquirir habilidades de gestión o cuando necesitan un observador externo que les permita ver cómo se relacionan entre ellos.

-¿Qué problemas conlleva el cambio generacional en las empresas familiares?

-Son muchos. Entre ellos, que el fundador no quiera soltar el testigo o que si lo suelta cree que sus hijos no están preparados porque no hacen las cosas como él. También ocurre que los sucesores creen que su padre es un burro, no valoran el trabajo que ha hecho. La familia política, cómo dividir los bienes o cómo nos comunicamos son otros problemas que surgen con frecuencia. En las empresas familiares interviene el dinero y los sentimientos. Si una familia tiene problemas, ¡cómo no los va a tener la familia empresarial!

-¿Cómo se trabaja el salto generacional?

-Normalmente ocurre que lo que ha hecho el padre ha funcionado bien en la empresa y no quiere cambiar nada. Pero el hijo viene con ideas nuevas porque su padre se ha gastado mucho dinero en formarle. Hay que enseñar a los hijos que son los padres quienes han creado la empresa y la han hecho crecer y a los padres que las cosas han cambiado.

-Y las madres, ¿qué papel juegan en estas empresas?

-Las madres son las que más sufren porque el marido se casa con la empresa. Son las grandes olvidas y las grandes sufridoras. Yo pido siempre trabajar con la madre.

-¿Cuándo se da cuentan las empresas familiares que necesitan ayuda externa?

-Deberían acudir antes de que se produzca la enfermedad y normalmente lo hacen cuando ya están en la UVI (risas). La empresa familiar es muy complicada y a la vez es indestructible. Lo que destruye a estas empresas es la propia familia y no los factores externos. Los que logran pasar a otra generación lo hacen porque se quieren, se respetan y se comunican. Tienen mucha fuerza pero para resistir la familia debe estar muy unida. Si no lo está, es mejor pensar en la fecha de cierre del negocio.

-¿Qué consejos da a estas familias?

-Los «coach» no damos consejos porque nuestro trabajo es acompañar y observar. Pero si tuviese que dar un consejo general, es que no se queden enquistados en el problema, que no tengan miedo a llamar a alguien que les ayude.

-¿Qué resultados se obtiene tras el proceso de coaching?

La empresa mejora y la familia también. El error más común es pensar que la familia se lleva muy bien y no necesita ayuda. A nadie le gusta decir que tiene problemas por eso deber ser un proceso absolutamente confidencial. Al entrar de lleno en la familia descubres rencores, asuntos por solucionar que afectan en el negocio. Si se trabaja con todos, la relación entre ellos mejora y el desempeño del negocio también.

Fuente: ABC

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