Barceló, Meliá e Iberostar se disputan el despegue turístico de Turquía
Los ‘turistas prestados’ de España vuelven a poner el ojo en Turquía, Egipto o Túnez. Las grandes cadenas hoteleras lo saben y no están dispuestas a desperdiciar la oportunidad de posicionarse en un mercado tan potente como el turco, ya quinto país por volumen de visitantes a nivel mundial.
Meliá no pierde de vista a Turquía ahora que los europeos —en especial, los franceses— están volviendo a ese tipo de destinos. «Estamos buscando oportunidades allí», confirma la directora general de Expansión del grupo, María Zarraluqui. Ese país recibe 45 millones de turistas al año, una cifra que va en aumento pese a ser el blanco de no pocos atentados terroristas en los últimos años.
Hace apenas un año, un hombre disfrazado de Papá Noel asesinó a 39 personas con una metralleta en una discoteca de Estambul. Ese acto terrorista fue uno de los que más afectaron al turismo junto al atentado suicida que dejó 41 muertos en el aeropuerto de la capital (junio de 2016), por encima del fallido golpe de Estado ese mismo verano, explican desde la embajada de Turquía. Los efectos fueron devastadores para un sector que ha intentado hacer olvidar el miedo a golpe de descuentos.
Aún no lo ha conseguido del todo, pero va por el buen camino. Turquía, Egipto y Túnez consiguieron repescar a 3,5 millones de turistas extranjeros el pasado verano, despertando el interés de titanes como Barceló. La cadena balear ya cuenta con un hotel en Estambul y prepara la apertura de otro en la plaza Taksim, si bien deja para más adelante su entrada en la costa turca.
«Turquía es un punto de atención preferente en los planes de expansión del grupo», indican fuentes de Barceló. También está en el radar de Iberostar. «Es un destino de primer nivel donde hay que estar. Ya hemos tenido presencia allí, pero no con el producto adecuado, tuvimos que cerrarlo por motivos comerciales hace cinco años porque no encajaba», explica a este periódico Aurelio Vázquez, consejero delegado del grupo para Europa y Oriente Medio.
Iberostar ya está sondeando el mercado para volver en cuanto surja una buena oportunidad. La cadena de la familia Fluxá constata el crecimiento de turistas en su hotel de Túnez, otro de los países azotados por el terrorismo yihadista. Cuesta olvidar la masacre en la playa de Susa que acabó con la vida de 38 personas de nacionalidad belga, británica, irlandesa y alemana el verano de 2015, si bien cada vez quedan menos destinos que escapen a los atentados. Véase Barcelona, Londres, París, Berlín o Bruselas.
Apetito por Egipto
No es un destino prioritario, pero Iberostar tampoco descarta entrar en Egipto. Barceló ya está en ese país con un hotel en El Cairo y otro en Sharm El Sheikh, en el Mar Rojo. Y planea reforzar su presencia allí a corto plazo, pues es otro de los destinos que están despegando tras un periodo de inestabilidad. «Ahora es el momento de entrar. Dentro de cuatro años, el precio a pagar será caro y podrá poner en riesgo la rentabilidad de las cadenas hoteleras», opinan desde la compañía.
Meliá tuvo que cerrar los seis hoteles que gestionaba en Egipto, coincidiendo con eel desplome de la demanda. No obstante, Zarraluqui garantiza que el grupo tiene planes de entrar de nuevo en un futuro próximo.
Muchos se preguntan qué pasará con el «tsunami de turistas prestados» —entre 12 y 14 millones, según la patronal Exceltur— que han elegido España como destino refugio temporal, ahora que Turquía, Egipto o Túnez se están recuperando. «Cuando se vayan, lo notaremos. El ‘boom’ de turistas [82 millones en 2017, segunda potencia turística mundial por detrás de Francia y por delante de EEUU] es un récord entre comillas», considera el vicepresidente ejecutivo de esa asociación, José Luis Zoreda.
«Somos el competidor más fuerte de España. Nuestro objetivo es alcanzaros«, deja caer la directora de la embajada de Turquía, Aybala Yesim Dalkilic.
Fuente: El Confidencial