Competitividad de la empresa familiar
Acaba de presentarse el segundo informe realizado por la Red de Cátedras de Empresa Familiar del Instituto de Empresa Familiar.
En este segundo informe, se analizan los factores de competitividad y se ofrece un análisis financiero de las empresas familiares españolas (ver enlace).
El informe, tras preguntar a más de un millar de empresas familiares de nuestro país y analizar financieramente más de 100.000 firmas españolas, pone de manifiesto una serie de cuestiones bien conocidas desde el ámbito académico pero que, sorprendentemente, no se traducen en un comportamiento coherente por parte de la mayoría de empresas de nuestro país.
El informe revela que las empresas familiares de más de 100 empleados son más rentables que las no familiares, mientras que en las más pequeñas la relación es la inversa. En otras palabras, las empresas familiares muy pequeñas son menos rentables, aunque son más intensivas en mano de obra, lo que favorece significativamente la generación de empleo. Sin embargo, estas empresas son más vulnerables a los cambios en el entorno, como la reciente crisis.
Rentabilidad económica de las empresas familiares y no familiares españolas
Pero llama la atención que aquellas que superan los 100 empleados superan en productividad a las empresas no familiares de s mismo tamaño. Y esta mayor eficiencia se ve acompañada de una amplia serie de características, entre las que destacan las siguientes:
- Cuentan con planes estratégicos de futuro;
- Desarrollan actividades de innovación y operan internacionalmente;
- Incorporan una mayor proporción de profesionales externos en sus órganos de gobierno;
- Los miembros de la familia implicados en la empresa poseen formación universitaria;
- Cuentan con planes de formación para los familiares.
En pocas palabras, es posible asociar un mayor nivel de profesionalización con una mayor dimensión de la empresa (derivada de una clara orientación al crecimiento) y una mayor productividad, eficiencia y rentabilidad a largo plazo. En definitiva, el diagnóstico y por tanto la receta a aplicar es bastante sencilla y fácil de comprender.
Las empresas españolas son excesivamente pequeñas, les falta dimensión, músculo que le permita innovar, internacionalizarse y ganar eficiencia. Por ello, necesitan básicamente dos cosas: deseo de crecer y un entorno que lo penalice dicho crecimiento. Pero la voluntad de crecer supone asumir una serie de retos, afrontar cierta pérdida de discrecionalidad en la gestión, del “dueño”, promover la profesionalización, la formación, la promoción del talento, la apuesta por la calidad y la innovación centrada en los clientes; asumir que hay que captar y retener directivos que agreguen valor, que aporten más de lo que ya pueden aportar los miembros de la familia propietaria; no conformarse con el “éxito presente”, que como las rocas, siempre se erosiona con el tiempo y cada vez a mayor velocidad.
Este nuevo informe, desarrollado por la Red de 39 Cátedras del IEF y presentado el pasado lunes en el Casino de Madrid plantea una pregunta sencilla pero de difícil respuesta: ¿Por qué las empresas familiares españolas son tan pequeñas y no crecen, aun estando demostradas las ventajas de la dimensión ganar competitividad y para sobrevivir en el tiempo? Piense en su caso o en un caso cercano a usted y reflexione al respecto. En esta respuesta está en buena medida la garantía de futuro de nuestra economía para las próximas décadas.
Gracias por el regalo mucho de donde escoger 😊