Informe COTEC 2017 y empresa familiar
A principios de semana, con todos los honores habituales, se presentó el informe Cotec 2017.
Este es el informe anual sobre la innovación más importante de España y en el se pone al día, desde hace más de dos décadas años, el estado de nuestro país en esta cuestión. Se presentó por todo lo alto, con una edición innovadora, que integra realidad aumentada, posibilidad de personalizar el informe y con una maquetación espectacular. Sólo 1.500 ejemplares, una pieza de coleccionista. Lo presentó la presidenta de la Fundación Cotec para la Innovación, Cristina Garmendia, acompañado por el Rey Felipe VI y por el Rey Emérito, D. Juan Carlos I, quien impulsó la creación de esta fundación hace varias décadas en su afán por incorporar España a la modernidad.
Y se presentó en el estadio Vicente Calderón. Todo muy bien, pero todo muy mal. Es el ejemplo de la vieja costumbre española, de modernizar el envoltorio mientras el caramelo sigue siendo el mismo, y en este caso, además, amargo. Hay que felicitar a Cristina Garmendia por la valentía y la claridad de su discurso. Lo dijo claro. Vino a expresar,… quisiéramos decir otra cosa, pero la realidad es tozuda. España está perdiendo el tren, y nos jugamos nuestro futuro. Y dijo muchas cosas que estamos acostumbrados ya a oír, pero a las que no hacemos caso como si no fuera con nosotros: Como que las empresas españolas gastan la mitad en I+D que la media Europea (y si España no estuviese, la media sería aun mayor), como que el gasto en I+D ha crecido por debajo del crecimiento del PIB, como que son las empresas pequeñas y medianas las que más han gastado en I+D (algo sorprendente), o como que el sector financiero tiene mucho que mejorar en este tema. Lo dijo muy claro, aunque no se si alguien se enteró. A este ritmo, No se si Felipe VI o la Reina Leonor, verán algún día un informe Cotec que ofrezca una foto diferente.
Es cierto que la estructura del tejido productivo español es el que es, y que el tamaño de la empresa española es la que es, pero aun así, no hay excusas. La realidad es que en España, son muy pocos los que creen en la innovación; Son muy buenos, pero siguen siendo muy pocos. Y las administraciones públicas llenan sus bocas de palabras vacías (conocimiento, innovación, competitividad,…) pero a la hora de la verdad los presupuestos están cogidos con pinzas y si tiras de un pico, alguien se resfría y claro. A veces presumimos en España como gestionamos los escasos recursos que tenemos, y como somos capaces de tener la Sanidad y Educación que tenemos, a pesar de estar siembre al borde del colapso financiero. Pues no tiene secreto, aquí se considera lujo muchas partidas que en otros países son irrenunciables. Según esta visión, si hay que sobrevivir, se puede prescindir de I+D, se puede prescindir de invertir en conocimiento, en las Universidades, en los científicos, se puede permitir el lujo de mantener lo público y lo privado como entes separados, y las empresas pueden sobrevivir a base de pulmón propio, calidad de vida que nos dá nuestro clima y nuestra cultura y por supuesto, del turismo (del que por otro lado soy un acérrimo defensor). Sobrevivimos en el presente porque sacrificamos nuestro futuro. Eso, la verdad, lo hace cualquiera.
Pues bien, la empresa familiar podría asumir este reto social que es la innovación en nuestro país. Las empresas familiares tienen que hacerlo, porque se juegan su futuro. Los negocios que nacen hoy no están pensando en los próximo 100 años y eso, para bien o para mal no es así en las empresas familiares. La empresa familiar tiene cartas diferentes y si las juegan bien, pueden ganar. Pero hay que innovar. Innovar no es sólo gastar en I+D, no es sólo robótica, no es sólo tecnología, que también. Innovar es imaginar el futuro, y hacerlo presente. Innovar es actuar pensando en el futuro que queremos, es llevar la iniciativa y no asumir lo que ya sabemos. Se suele asumir que la empresa familiar mira a largo plazo. Si es así, o es innovadora o no es empresa familiar porque no hay futuro sin innovación. Las empresas familiares podrían cambiar lo que año tras años nos describen desde la fundación Cotec.
Fuente: Cotec