Agrolimen se gasta 300 millones en comprar patrimoniales de los Carulla
Agrolimen es un ‘holding’ que controla multinacionales como GB Foods —alimentación (Avecrem, Gallina Blanca)— y Affinity Petcare y en conjunto factura cerca de 1.000 millones
Hasta ahora Agrolimen era un ‘holding’ industrial, pero en el año 2016 empezó a invertir en patrimoniales de la familia, algo que no había hecho hasta entonces. Y dedicó mucho a ello: un total de 300 millones. Así, Agrolimen compró el 19,9% de Antigacopral SL. una de las firmas patrimoniales de los Carulla. Agrolimen pagó 106 millones de euros por esta operación en 2016. También se gastó entre 2016 y 2017 otros 194 millones de euros para comprar el 96,5% de Pronex Inversur, una sociedad cabecera de otra cadena de instrumentales a través del cual los Carulla habían controlado antaño un 12,8% del ‘holding’ que a su vez tenía el 50% de Arbora, el fabricante de compresas líder a España.
Las dos adquisiciones revelan una gran fortuna de los Carulla más allá de Agrolimen, un ‘holding’ que controla multinacionales como GB Foods—alimentación (Avecrem, Gallina Blanca)— y Affinity Petcare —alimentación animal—, las dos ramas de actividad en las que se ha centrado el negocio. El presidente de Agrolimen es Artur Carulla. En total, Agrolimen factura más de 1.000 millones anuales. Los Carulla tenían a cierre de ese año 2016 un patrimonio fuera de Agrolimen de más de 700 millones, una valoración muy alta que justifica que esta familia de patricios catalanes sea considerada una de las mayores fortunas de España, con un patrimonio total estimado de más de 1.600 millones de euros.
Así, la primera operación valora Antigacopral, la firma adquirida, y su grupo de sociedades dependientes, en 530 millones de euros, según consta en las cuentas de Agrolimen depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes al año 2016, las últimas disponibles. Por su parte, la segunda operación implica una valoración de Pronex Inversur en otros 201 millones.
Fuentes de Agrolimen han declinado comentar o explicar este movimiento accionarial, un tanto atípico en la actividad de este ‘holding’, uno de los mayores de España que no cotiza en bolsa. Por tanto, resulta difícil saber si, por ejemplo, alguna de estas adquisiciones responde a un modo de pagar dividendo a la familia o si alguno de los hermanos se ha desprendido de su participación.
Antigacopral era una sociedad originariamente radicada en Costa Rica que fue traída a España. Cuando lo hicieron, en 2009, los accionistas eran los seis hermanos Carulla: Lluís Carulla, Artur Carulla, Jordi Carulla, Aurèlia Carulla, Mariona Carulla y Montserrat Carulla. En este momento, no resulta posible saber quiénes son los accionistas y por lo tanto no se puede aclarar qué hermanos han vendido y cuáles permanecen en la firma. Además, los Carulla utilizan una sociedad pantalla en Holanda, Venelpark BV, que tiene un 13% de dicha firma.
Repatriando fondos
En 2009, los Carulla fueron trayendo a España el control de sus fondos internacionales. Así se constituyeron cuatro firmas instrumentales en Barcelona con denominaciones muy similares a las compañías de Costa Rica y Uruguay. Se trata de Antigacopral, Antigagrupsur, Antigabelcost y Antigabelsur —»las antigas»— que sumaban entonces un capital social conjunto de 58 millones de euros.
Formalmente, Antigacopral y el resto de «antigas» tienen como objeto social la actividad agropecuaria, pero en la práctica parece que solo se dedican a prestar dinero a otras sociedades de la familia o a otorgarse créditos entre ellas, actividad que se denomina «cash pooling», firmas que actúan como financieras de su propio grupo lo que permite a los Carulla evitar recurrir a crédito bancario para sus operaciones. «Antigacopral, S.L. ostenta la condición de Sociedad dominante del Grupo Fiscal Consolidado», se asegura en la memoria de Antigagrupsur. Por tanto, responden a una red societaria pensada para optimizar fiscalmente la fortuna de los Carulla fuera Agrolimen.
En este esquema ‘cash pooling’ el dinero fluye de abajo arriba. Las sociedades dependientes prestan dinero a las firmas que las controlan y a menudo se generan intereses, pero estos no son cobrados por las participadas implicadas. Así, Antigabelcost le presta a Antigrupsur 35,8 millones. O Converal le presta a The GB Foods, la cabecera de empresas de alimentación de Agrolimen, 5 millones que previamente había cobrado de esa misma compañía en concepto de dividendos. O Antigabelsur, la gran repartidora del grupo ese año presta 28,9 millones a Antigacopral y otros 47,3 millones a Antigagrupsur.
Problemas con Hacienda
Todo este entramado solo tiene sentido si se quiere reducir el impacto fiscal de la fortuna de la que disfrutan los Carulla, una familia que en 2014 ya eludió un juicio por fraude pagando 6,4 millones a Hacienda.
También se revela en las cuentas de Antigacopral que «la Sociedad efectuó la notificación a la sociedad Agrolimen S.A. de la participación indirecta que la sociedad posee en el 16,06% de su capital social». Así que, por un lado, Agrolimen compra 19,9% de Antigacopral, pero a su vez, Antigacopral es uno de los instrumentos a través del cual los Carulla controlan Agrolimen.