¿Debe salir a Bolsa El Corte Inglés?
8
Nov

¿Debe salir a Bolsa El Corte Inglés?

Los expertos analizan si es buen momento para un posible estreno bursátil del grupo, inmerso en un proceso de transformación interna.

Cuando El Corte Inglés anunció hace unos días el nombramiento de Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa como consejeros delegados, muchos volvieron a poner sobre la mesa la recurrente posibilidad de una salida a Bolsa del grupo, una de las incógnitas que más expectación genera respecto al gigante del consumo en España. ¿Qué probabilidades reales hay de que finalmente se acabe produciendo el simbólico toque de campana? Dimas Gimeno, presidente del grupo, aseguró el pasado mes de mayo en Barcelona que si veían una «oportunidad» y era algo «bueno» para la compañía, lo harían.

El Corte Inglés es de los pocos grandes almacenes de su talla que no cotiza en los mercados, a diferencia de otros department stores como Macy’s, Dillard’s o Marks&Spencer. El grupo español lleva un tiempo realizando cambios para asemejar su funcionamiento al de una empresa cotizada, lo que según fuentes del sector podría desembocar en su estreno bursátil. Pero, ¿es el momento para que se produzca el salto? ¿Qué ventajas tendría? ¿Por qué no lo ha hecho aún? Expertos consultados por MERCADOS analizan los pros y contras de esta operación.

La tesis de partida es la misma que la de cualquier otra compañía: ¿Para qué quiere salir a Bolsa? Probablemente ésta sea la pregunta de mayor intriga, porque su respuesta encierra las estrategias de futuro del grupo. Casi nada se sabe sobre sus planes, más allá de que la empresa afronta la digitalización como el mayor de sus retos a corto y medio plazo. Lo reconoció el propio Gimeno en la última junta general, consciente de que actores como Amazon han cambiado las reglas del juego y marcan el camino a seguir.

Ambos gigantes, el español y el estadounidense, representan estructuras casi opuestas en las que, por ejemplo, la centralización de la firma de Jeff Bezos se contrapone a la descentralización de los almacenes españoles, con la «obsolescencia» y el impacto en los costes fijos que ello implica, según fuentes del mercado.

Experiencia omnicanal

Por el contrario, su fortaleza es el servicio y la atención al cliente -el tradicional «si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero»- y lo que esperan los inversores es que desarrolle una experiencia omnicanal acorde con los nuevos tiempos que acerque a la marca hacia nuevos públicos.

La siguiente cuestión es si el mercado se encuentra en un buen momento para estrenarse en él. Y sí, lo es. Los principales mercados están inundados de liquidez por las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales y los inversores están dispuestos a gastar el dinero.

La renta variable estadounidense, la europea y la española atraviesan un buen momento (pese al retroceso del Ibex 35 en las últimas semanas por la tensión en Cataluña); los tipos de interés son bajos y los niveles de consumo, altos. Borja Oria, de Arcano Partners, añade además que «hay mucho apetito por las empresas de gran consumo».

Otra cosa diferente es la situación del sector, que se está resintiendo por la tiranía de lo digital y las dificultades para adaptarse al comercio virtual. Muchas firmas presentan estructuras y dinámicas de trabajo obsoletas y se encuentran en pleno proceso de transformación, pero los inversores sólo se fiarán de aquéllas que den pruebas fehacientes de que no se quedarán atrás.

La compañía de Dimas Gimeno lleva varios años inmersa en un plan de modernización y reorganización interna que sería una buena carta de presentación ante los accionistas; el hándicap es que aún no se sabe cuándo culminará.

Recuperación

La empresa viene de años difíciles derivados de la crisis financiera global. En 2013 reconoció una deuda cercana a los 5.000 millones de euros y desde entonces la ha reducido casi un 20%; la mejora de las ventas por el auge del consumo debería servir para continuar el desapalancamiento y ganarse a los inversores. Lo negativo en este punto es que gran parte de esa evolución del negocio está ligada a la recuperación cíclica de la economía, algo de lo que tendría que conseguir independizarse.

«Una salida a Bolsa culminaría el camino de profesionalización que inició hace cuatro años, le daría visibilidad, atraería el talento y la haría más transparente y dinámica», opina Oria. La transparencia es también uno de los aspectos clave para un hipotético debut en el selectivo. Se trata de uno de los factores que más valoran los inversores, aunque al mismo tiempo podría ser uno de los mayores frenos para el grupo, caracterizado hasta ahora por su discreción.

Varios de los expertos consultados invitan a mirar cómo han actuado otras compañías para comparar escenarios que podrían plantearse. Señalan por ejemplo a Inditex, «el gran referente». En el caso de la cadena textil presidida por Pablo Isla, «ha ido abriendo tiendas por todo el mundo: si son franquicias no necesitas invertir, pero si son propias requieres financiación.

Esta expansión la puedes costear con recursos propios, a través de tu crecimiento orgánico, o recurriendo a financiación externa», explican. En el caso de El Corte Inglés, el grupo de momento sólo cuenta con grandes almacenes en España y Portugal y no ha abordado la posibilidad de abrir tiendas en otro país extranjero.Sin embargo, sí están realizando cambios en su oferta, están transformando muchas de sus tiendas e invirtiendo en el comercio electrónico, lo que, según fuentes del sector, «podría ser un motivo para buscar financiación en los mercados».

Ejemplos a seguir

Otra de las compañías que los expertos creen que se podría tomar como referencia es Maisons du Monde, la firma francesa de decoración y mobiliario fundada en 1996 que cuenta con más de 250 tiendas en toda Europa y casi una veintena en España.

«Tiene una historia de crecimiento, sigue abriendo locales nuevos, tiene un producto atractivo a precios razonables, cuenta con muy buena estrategia omnicanal y sus ventas, especialmente en el medio on line, continúan creciendo a ritmos muy altos», lo cual le ha valido para duplicar su valor en Bolsa desde su estreno en los parqués hace un año y medio. Esto no significa que la situación de ambas compañías sea similar ni paralela, sólo que el caso galo podría servir de espejo para la firma española.

Como apunta Ignacio Ochoa, experto de la consultora Branward, El Corte Inglés sigue siendo una de las marcas más valoradas por los clientes, pero «una cosa es la valoración cualitativa y otra muy diferente es la cuantitativa. En ésta última entran en juego los resultados económicos y sobre todo el plan de negocio a medio y largo plazo», explica.

Sus cuentas

El Corte Inglés cuenta con 92 centros repartidos por toda España y otros dos más en Portugal. En 2016, su beneficio neto se situó en 161 millones de euros, un 2,4% más que el año anterior, y su ebitda creció un 7,5% hasta los 980 millones. Es el primer empleador privado de España, con un total de 91.690 puestos directos creados, y su aportación a la renta nacional asciende a más de 3.700 millones.

¿Convencerían estas cifras a los inversores? «Es un jugador grande, pero tiene que ajustar su modelo para poder competir con otros más ligeros», matizan los expertos, que proponen optimizar la experiencia y los activos del grupo y ponerlos al servicio del negocio en una versión más actualizada.

Pese a que el tamaño no es un factor directo para que una empresa salga a los mercados, Miguel Otero, del Foro de Marcas Renombradas, considera que el de El Corte Inglés es una caso atípico porque «hay pocas compañías de ese tamaño que no coticen». Según explica, cuando una empresa se decide a cotizar suele perseguir uno de estos dos fines: «buscar financiación a largo plazo porque tiene planes de crecimiento que no puede costear o resolver problemas en su accionariado».

En una empresa no cotizada, si un accionista minoritario quiere salir del capital tiene que vender su parte a un tercero, pero puede encontrarse con el inconveniente de un precio bajo. Sin embargo, si acude a la Bolsa puede vender sus acciones y deshacer sus posiciones sin más.

La situación en la cúpula del grupo en los últimos meses es calmada. El 37,39% del capital pertenece a la Fundación Ramón Areces; el 22,18%, está en manos de Marta y Cristina Álvarez (hijas del fallecido presidente Isidoro Álvarez); el socio catarí Hamad Al Thani posee un 10%; Cartera Mancor (familia García Miranda), un 7% y Corporación Ceslar, un 9%.

Nuevo ‘gobierno’

El reciente nombramiento de Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa como consejeros delegados hará que el primero se ocupe del negocio de los grandes almacenes y el segundo de las áreas corporativas y de las filiales. En la práctica, los cambios suponen un nuevo reparto en el equilibrio de poderes que la empresa ha enmarcado en las «buenas prácticas de gobierno corporativo».

Precisamente la buena gobernanza de una compañía es uno de los indicadores que más en cuenta tienen los inversores a la hora de tomar decisiones sobre dónde depositar su dinero. La idea de una empresa con dirección familiar no es demasiado atractiva más allá de nuestras fronteras -probablemente tampoco dentro-e introducir cambios en este sentido sólo le añade valor.

A la espera de los avances en cuanto a prácticas de buen gobierno, las mejores bazas de la firma son su ingente patrimonio inmobiliario y su rama de negocio financiero. Ninguno de ellos cuenta a la hora de fijar la valoración total del grupo, para lo que habría que mirar a empresas comparables del sector, según Borja Oria.

A su juicio, todas las cadenas de grandes almacenes cotizan en múltiplos de cinco veces del ebitda; si El Corte Inglés tiene un beneficio operativo de 980 millones de euros y teniendo en cuenta la deuda de 4.000 millones, esta formula supondría valorar la compañía en 5.000 millones». Si se toman como medida los 1.000 millones que el jeque catarí pagó por hacerse con el 10%, su valor total rondaría los 10.000 millones.

Todas estas cifras son meras especulaciones que contribuyen a alimentar los misterios de un gigante histórico en nuestro país cuya salida a Bolsa, por el momento, tendrá que esperar.

Fuente: elmundo

 

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