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10
Feb

El 76% de las empresas familiares aún no tiene planificada la sucesión

El primer estudio sobre este sector realizado en la comunidad revela que estas sociedades, que representan el 81% del total, sufren carencias en la gestión.

El tejido empresarial andaluz se nutre fundamentalmente de compañías familiares. Según revela el primer estudio específico realizado sobre este tipo de firmas en la comunidad, suponen algo más del 81% del total.

Pese a que la mayor parte fueron creadas entre 1975 y 2000, por lo que se encontrarían ya a las puertas del relevo generacional -proceso que sigue siendo una de las principales causas de mortalidad-, el 76% no tiene un sucesor elegido, porcentaje que se eleva al 78% entre las que la gestión continúa en manos de los fundadores.

El informe elaborado por las Cátedras de Empresa Familiar de Andalucía señala que «la lección parece aprendida» en las compañías que ya afrontaron este proceso en el pasado. Concretamente, un 37% del total ha dado ya este paso. Y es que en las firmas de dos generaciones, la proporción de empresarios que no ha planificado la transición se reduce al 68%, y en la de más de cuatro al 50%.

Una tendencia creciente es la selección de más de un sucesor «y, de este modo, optar por una dirección del negocio compartida, creándose un equipo de hermanos que se repartirán tanto la propiedad como la dirección del negocio», reza el documento. No obstante, actualmente sólo se decanta por esta alternativa el 14%.

Junto a ello, otro factor a destacar es el escaso papel que juega la mujer, pues en dos tercios de las compañías el futuro máximo responsable ejecutivo será de sexo masculino. Los autores del estudio señalan en este sentido que «aún siguen vigentes aspectos culturales como los estereotipos de género, la preferencia hacia los hijos primogénitos y la creencia de que las mujeres no son válidas para los puestos directivos».

Vinculado a esto, uno de los hándicaps que ponen de manifiesto es que pocas sociedades disponen de unos órganos de gobierno familiar con pautas que eviten los conflictos y velen por la superviviencia. Así, ni un tercio cuenta con un consejo de familia y menos del 10% con un protocolo. Además, cuatro de cada cinco no tienen intención de elaborarlo, y con consejo de administración sólo hay un 7%.

La profesionalización de estas sociedades se perfila como otro de los retos pendientes. Los directivos y administradores presentan niveles de estudios inferiores a los de sus homólogos de empresas no familiares. Aunque a medida que aumenta el tamaño de los grupos los porcentajes cambian, de media casi el 50% no cuenta con formación universitaria, y entre éstos sólo un 37% goza de estudios primarios. «La falta de formación unida a la imposibilidad de separar la gestión diaria de la estratégica y a largo plazo condiciona el crecimiento de las firmas pequeñas y microempresas», subrayan.

Longevidad
La fotografía de este tipo de sociedades en Andalucía, enfrentada a la de aquellas que no son familiares, muestra que en general se trata de compañías más pequeñas (la facturación media anual es de 3 millones frente a los 7 millones de las otras); con menos empleados (16 frente a 40); con una rentabilidad de sus inversiones inferior en 1 ó 2 puntos; y más dependientes de la financiación externa.

No obstante, han demostrado ser más estables durante la crisis. La antigüedad media es de 31,7 años, lo que significa 5,4 más.

Por último, otra característica es que la familia controla la propiedad, sin la participación de socios externos en una gran mayoría. Concretamente, en el 84% es titular de todo el capital social. De éstas, el 51,9% está dirigida por la primera generación; el 23,7% ya ha pasado a la siguiente línea sucesoria; y a la tercera el 7%.

Fuente: Expansion.com

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