El talón de Aquiles de las empresas familiares.
La Cámara de Comercio alerta del “alto índice de mortalidad” en la transición generacional.
VITORIA – El 54% de las empresas familiares registradas en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) están dirigidas por la segunda generación de las respectivas familias. Las compañías que están gestionadas por la primera generación representan el 36%, y el 10% restante corresponde a terceras y sucesivas generaciones. Estos datos fueron facilitados ayer por el presidente del Foro de Empresa Familiar, Jon Andoni Lorenzo, en la décima edición del encuentro anual celebrado en la Cámara de Comercio de Álava, en la que también estuvieron autoridades como el diputado general de Álava, Ramiro González, y el presidente de la Cámara de Comercio alavesa, Gregorio Rojo.
Lorenzo recordó que el perfil de estos negocios habla de “empresas longevas en las que la segunda generación es predominante”, aunque muchas de ellas afrontarán en breve un proceso de sucesión, en muchos casos, “con poca planificación de la misma”. Así, el 45% de las empresas familiares vascas iniciará ese proceso de sucesión en menos de 10 años, y un 21% se encuentra en la actualidad sumida en un proceso de tránsito generacional. Además, el capital y los puestos claves se encuentran en manos de la familia empresaria en casi el 80% de estos negocios.
Este encuentro, en concreto, se centró en el análisis de las responsabilidades de los administradores, así como en el impacto que supone en estos negocios la aplicación del nuevo derecho civil vasco y sus cambios en el apartado de Sucesiones.
Por ello, Rojo alerta de los “altos índices de mortalidad” de los negocios familiares en los periodos de transición generacional, que son su talón de Aquiles por la especial relación entre la familia y la empresa, lo que genera un momento de especial vulnerabilidad en el que suele aflorar alguna de las carencias más extendidas en este modelo. Rojo se refirió a la “falta de profesionalización de sus consejos de administración”, por lo que defendió el apoyo de las cámaras de comercio vascas a este modelo empresarial a través de programas de asesoramiento y la creación en 2008 de este foro para favorecer su continuidad. “Resulta evidente que en nuestro tejido productivo la gran mayoría de las empresas son familiares. En España, y en el País Vasco, en particular, se puede hablar de una gran identificación entre las pymes y la empresas familiares, que son el 90% de estas pequeñas y medianas empresas”, agregó el presidente de la Cámara de Comercio de Álava.
Un modelo de empresa que -insistió- en épocas de crisis se resisten más a reajustar la plantilla, lo que da más estabilidad al empleo, y están bien capitalizadas porque su política más general suele ser la de no repartir dividendos, pero que necesita ordenar y pactar con tiempo la sucesión en la empresa.
Por su parte, el diputado general de Álava defiende la necesidad de que estas empresas acudan a asesores y profesionales para gestionar la sucesión y adaptarla a la nueva normativa para facilitar la transición y tener un conocimiento general de ese nuevo derecho civil vasco.
González destacó el peso de la empresa familiar en el tejido industrial vasco, que ha sido el germen de lo que es Euskadi hoy, de esa potencia industrial actual. Además, aboga por conservar el papel de decisión de esas empresas en el territorio.
REFORMA FISCAL Ramiro González manifestó la necesidad de “ser flexibles e incorporar nuevas propuestas” para conseguir ampliar el actual acuerdo de reforma fiscal suscrito recientemente entre las formaciones políticas que conforman los gobiernos forales (PNV y PSE). En su intervención apeló a que no hay nada que genere más confianza y que facilite más la inversión que la estabilidad, “una estabilidad política y social de la que goza Álava”. Acto seguido mencionó que son las instituciones quienes “debemos generar un clima favorable a la inversión y a la atracción de nuevas empresas, también en el ámbito fiscal”. Fue tras esta introducción cuando Ramiro González se refirió a las modificaciones fiscales, retoques de la normativa en vigor desde el año 2013, recientemente aprobadas entre PNV y PSE. “Es un acuerdo entre ambas formaciones políticas, y por lo tanto, recoge propuestas que suponen el mínimo común denominador que hemos sido capaces de alcanzar”. En este punto, el diputado general de Álava reconoció que hay que sumar al menos a otra formación política a este acuerdo. – DNA/Efe
Fuente: noticiasdealava