Empresa familia régimen fiscal
23
Nov

La mitad de las empresas familiares no conoce su régimen jurídico fiscal

Tener atado, y bien atado, el relevo es clave para la supervivencia de las empresas familiares, que también se enfrentan a la amenaza de un próximo cambio de su fiscalidad

Las empresas familiares son el auténtico motor económico del país: representan el 90% del tejido societario español, generan 6,58 millones de puestos de trabajo y son responsables del 57,1% del PIB privado, según datos del Instituto de la Empresa Familiar. Sin embargo, todo este buen hacer entra en zona de peligro cuando llega el momento del relevo, como queda contrastado con el dato de que solo el 7,4% de estas compañías son de tercera generación, y apenas un testimonial 2,6% alcanza la cuarta.

Esta elevada mortalidad, sumada al crucial papel que tienen estas sociedades para la economía, explican la importancia de tener atado, y bien atado, el futuro de estas compañías, a las que en demasiadas ocasiones «les cuesta salir del día a día para ocuparse de la planificación, porque una cosa es preocuparse y otra, ocuparse», señala Juan Luis Falcón Aliaga, socio responsable de empresa familiar de Garrigues, en el encuentro ‘Retos de la planificación patrimonial y sucesoria de la empresa familiar’, organizado por Andbank y El Confidencial.

Las razones que explican esta falta de planes de contingencia son muchas y variadas, pero, sobre todas ellas, destaca una muy humana y que enlaza con ese inexplicable miedo que a veces nos produce enfrentarnos a lo inevitable. «Yo siempre digo lo mismo: ¿cuánta gente hace un testamento? Parece que adelantarse sea no querer enfrentarse a lo que va a venir», señala Marta Beltrán, directora de Adefam, la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid.

Sin embargo, como todo en la vida, cuando se planifica, siempre se está en mejor disposición de poder afrontar los retos y los problemas cuando estos aparecen. Un desafío que siempre se pone en evidencia cuando llega el momento del relevo, pero que siempre está presente en otros muchos aspectos, como el fiscal.

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De hecho, «el punto de enganche siempre es la fiscalidad. Empezando desde aquí, siempre se puede hacer ver a los empresarios la importancia de planificar otros aspectos, como la selección de los miembros de la familia, la entrada de socios, los derechos de voto… pero en la práctica, hasta que no tocas el tema de la fiscalidad, no hacen clic», destaca Antonio Murt, socio de EY.

Aunque estas compañías gozan desde hace un cuarto de siglo de un régimen específico, en los últimos años están viendo poco a poco amenazados los mimbres sobre los que tienen construidas sus estructuras impositivas. Los motivos son amplios y variados: diferentes normativas en cada comunidad autónoma sobre Sucesiones y Donaciones, una mayor voracidad recaudatoria derivada de las enclenques arcas públicas, amenazas de cambios regulatorios a vehículos como las sicavs…

Si a esto se suma que «el 51% de las empresas familiares no conoce su régimen jurídico fiscal», como subraya Beltrán, y que en Europa «en los últimos cinco años ya se ha abierto el debate sobre cómo deben tributar este tipo de compañías», tal y como destaca Murt, cobra el doble de importancia tener buena planificación.

Esta, además, debe recoger el giro internacional que está dándose respecto a los paraísos fiscales, cada día más perseguidos, y a la creciente incertidumbre que genera que se esté legislando en torno a consultas tributarias, que dejan cada vez menos margen a las exenciones.

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«Crear estructuras muy complejas para tributar menos es como crear un castillo de naipes que, al final, no será eficiente», señala Marcelino Blanco, director de Planificación Patrimonial de Andbank, quien pide seguridad jurídica para que estas compañías sepan a qué marco atenerse y poder así dedicarse a su negocio. «Los empresarios quieren tranquilidad, demandan tener las cosas bien hechas para poder dedicarse a su empresa», añade.

En esta mentalidad, innegablemente, han influido acontecimientos como los vividos en los últimos años, con el creciente cerco a los paraísos fiscales o la revelación de listas con patrimonios en el extranjero. Pero el cambio de mentalidad que ya se ha producido entre el empresariado necesita ir acompañado de una seguridad jurídica, uniformidad y estabilidad en la interpretación de las reglas.

«El régimen de la empresa familiar tiene ya 25 años, y aunque estamos oyendo cantos de sirena de todo tipo, esto me preocupa a largo plazo. A corto plazo, me preocupa más la agresividad tributaria autonómica para dejar vacía de contenido cualquier exención fiscal», advierte José Ignacio Jiménez-Blanco, socio de JB.M.F Tax Counselors.

Con todos estos interrogantes sobre la mesa, Arturo de las Heras, segunda generación de Grupo CEF, pregunta: «¿Es posible hacer una planificación fiscal en España, hay regulación jurídica suficientemente estable?». La respuesta, como señala Falcón, es la misma que ofrecen las empresas en cualquier otro aspecto de su toma de decisiones: mejor tener un plan de contingencia. «En el mundo financiero, tampoco sabemos hacia dónde se va, y todas las empresas hacen su análisis y planifican».

Fuente: El Confidencial

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