Ferrovial, FCC, Acciona y ACS vuelven a promover vivienda
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Jun

Ferrovial, FCC, Acciona y ACS vuelven a promover vivienda

Una década después del estallido de la burbuja, las grandes constructoras del país están reviviendo sus divisiones inmobiliarias, movimiento dirigido a aprovechar la recuperación del mercado.

Una década después de haber vendido o achatarrado sus ramas inmobiliarias, las grandes constructoras del país vuelven a apostar por la promoción residencial. Ferrovial, ACS, Acciona y FCC han retomado el apetito por el ladrillo y, aunque con diferentes ritmos y estrategias, todas ellas han decidido revivir su pata inmobiliaria.

En el caso del grupo presidido por Rafael del Pino, que en las navidades de 2006 vendió Ferrovial Inmobiliaria a Hábitat por 2.200 millones, la primera piedra de este giro estratégico la pondrá en Valdebebas, uno de los desarrollos urbanísticos más importantes del norte de Madrid, donde prevé levantar entre 200 y 300 viviendas en la parcela 128A, terreno que ya tiene en propiedad.

Es solo la punta del iceberg, ya que tal y como ha reconocido el propio consejero delegado del grupo, Íñigo Meirás, a este medio, están «dispuestos a volver a ser promotores». Y la decisión tomada en Valdebebas es un claro ejemplo, ya que hasta ahora, a pesar de ser uno de los terratenientes del ámbito, Ferrovial había optado por vender los suelos a otras empresas, limitando su papel al de mera constructora.

Esta estrategia, sumada a la paulatina recuperación inmobiliaria, ha permitido que la edificación residencial represente ya el 5% de toda la cartera de obra del grupo, al haber cerrado el pasado ejercicio con 442 millones, cifra un 31,7% superior a la de un año antes. Números que el grupo aspira a ampliar revitalizando la actividad promotora, lo que le ha llevado a analizar operaciones de suelo en diferentes zonas del norte de Madrid.

Un movimiento similar es el que quiere dar FCC Real Estate, división liderada desde hace año y medio por Xavier Fainé Garriga, que ha decidido empezar a promover el medio millón de metros cuadrados que tiene en la localidad madrileña de Tres Cantos. La compañía es propietaria de estos terrenos desde hace años, y en su desarrollo también participan la división constructora, encargada de ejecutar las obras, y la filial inmobiliaria Realia, que colabora en la comercialización.

Esta decisión llega apenas unos meses después de que FCC llevara a cabo una reorganización societaria de todos sus activos inmobiliarios, repartidos por diversas filiales, y los agrupara bajo la entidad F C y C, que valora en 300 millones toda su cartera, con el objetivo de ir desprendiéndose de los inmuebles ya construidos, y de promover nuevos en las bolsas de terreno que sigue teniendo.

Más ambicioso es el plan de Acciona, que tras haber intentado hace dos años desprenderse de su inmobiliaria, sacándola a bolsa o vendiendo una participación a un fondo, ha terminado optando por volver a promover. Así lo reconoció el propio director de Desarrollo Corporativo, Juan Muro Lara, el pasado mes de marzo, cuando anunció la puesta en marcha de 16 promociones de viviendas, 13 de ellas en España, y el resto en México y Polonia.

En paralelo, el grupo ultima el traspaso a Merlin de sus inmuebles en alquiler, operación adelantada por El Confidencial el pasado octubre, que supondrá su salida del negocio patrimonial, y también quiere avanzar en la venta de sus hoteles y edificios de oficinas mediante operaciones individuales.

En el caso de ACS, esta apuesta por el negocio promotor se está llevando a cabo a través de Cogesa, histórica filial del grupo, que destaca por ser la propietaria de las dos principales sedes corporativas del grupo, los edificios de oficinas ubicados en Las Tablas y en la avenida Pío XII de Madrid, y por contar con importantes bolsas de suelo en áreas como Montecarmelo, Arroyo Fresno, Las Tablas, Carabanchel o Ensanche de Vallecas.

El punto de inflexión de esta filial, liderada por el hermano de Florentino Pérez, Enrique, se produjo hace dos años, cuando llevó a cabo una ampliación de capital, por importe de 44 milones de euros, y adquirió una de las últimas parcelas residenciales de Montecarmelo por 2.200 euros el metro cuadrado, cifra que entonces convirtió esta operación en una de las más onerosas desde el estallido de la burbuja, pero que ahora es vista con otra perspectiva.

Y es que, las constructoras han decidido volver a promover.

Fuente: El Confidencial

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