Francisco Morales, ganador del premio Simón de Rojas Clemente
Conocido como «el rey de la almendra», lidera un grupo que factura 200 millones
El empresario cordobés Francisco Morales, conocido como «el rey de la almendra», ha sido distinguido con el XI Premio Simón de Rojas Clemente, que conceden anualmente ABC y la Fundación Caja Rural del Sur para reconocer a las figuras más relevantes del campo andaluz. Este galardón valora el acierto en la gestión y la búsqueda de la excelencia a lo largo de una amplia trayectoria.
La designación de Francisco Morales se produjo ayer de forma unánime por parte de un jurado presidido por osé Luis García-Palacios Álvarez, presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, e integrado también por Jerónimo Cejudo Galán, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía; Ricardo Serra Arias, presidente de Asaja-Andalucía; Antonio Vergel Román, presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía; y Álvaro Ybarra Pacheco, director de ABC de Sevilla.
Francisco Morales es el representante de la tercera generación de una saga de almendreros cordobeses, que está en este negocio desde hace más de un siglo, concretamente desde 1910, siempre con sede en Zamoranos, aldea de Priego de Córdoba. Este pueblo de 400 habitantes, donde nació y aún sigue viviendo Francisco Morales, es hoy la cuna de uno de los primeros grupos exportadores de frutos secos de España, y en los últimos años ha entrado también en los sectores del vino y el aceite de oliva.
Así, Almendras Morales factura más de 200 millones de euros al año y vende sus productos a los cinco continentes. Hace pocos años, la empresa construyó una nueva factoría en Zamoranos, con tecnología de última generación, y también cuenta con plantas de producción en Villamalea (Albacete) y el norte de Portugal.
Francisco Morales tomó el mando de la empresa familiar en 1975, con 26 años, y desde entonces el negocio no ha hecho más que crecer y mejorar su apuesta tecnológica.
Fue su abuelo, José Mateo Morales, quien empezó, hace más de un siglo, comprando el fruto seco a los agricultores de la zona, que vendía, tal cual, a la industria turronera. Entonces las almendras se partían una a una a martillazos y se transportaban a lomos de mulas para venderlas en la provincia de Málaga. Su padre dio un paso más y las descascaraba y Francisco, ya en los años 70, aportó más valor con un segundo proceso mecánico de repelado que impulsó la industrialización de la empresa familiar.
El artífice de la expansión de Almendras Morales por todo el mundo -un 60% de sus ventas están ya en el exterior- hace más de treinta años recorría las fincas de los agricultores americanos con un mapa y sin saber una palabra de inglés para conocer las zonas productoras de California. En los últimos tiempos ha viajado a Estados Unidos con sus tres hijas, con las que prepara el relevo generacional.
La familia Morales también tiene una vertiente agricultora, con la plantación de almendros en ecológico. Asimismo, en colaboración con el Instituto de Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de Córdoba, Almendras Morales tiene un campo de experimentación de 40 hectáreas en Martos con 45 variedades de almendros.
Fuente: ABC de Sevilla