reto de las empresas familiares
12
Jul

La empresa familiar, clave del éxito de la economía alemana

Merkel destaca la importancia de las compañías familiares como motor de la economía germana.

La canciller Angela Merkel ponía de relieve el viernes que si la “economía alemana presenta buenos datos económicos” eso se “debe mucho” al rendimiento de las empresas familiares germanas. La jefa del Gobierno llegaba asegurar que “la estabilidad política” del país también dependía de que responsables como ella hicieran posible que este tipo de empresas tuvieran “buenas condiciones económicas” en las que operar.

Estas afirmaciones, viniendo de quien ha vuelto a ser designada recientemente y por sexto año consecutivo como la “mujer más poderosa del mundo”, según la influyente revista estadounidense Forbes, debían de ser música para los oídos de quienes escuchaban el viernes a la canciller en el lujoso Hotel Adlon Kempinski, situado a proximidad de la céntrica Puerta de Brandeburgo. La canciller hablaba de la relevancia de esas compañías germanas en ‘El día de las empresas familiares alemanas’, una cita que durante viernes y sábado reunía a lo más granado del mundo político y económico gracias a la Fundación de las Empresas Familiares de Alemania. Ésta es una institución sin ánimo de lucro que busca situar en el debate público compañías controladas por familias.

Habida cuenta de que, según el Instituto para la Investigación sobre las Medianas Empresas de Mannheim, hasta el 90% de los 3,6 millones de empresas que hay en Alemania son empresas familiares, estas compañías son más que esenciales para la economía germana. En vista de esas cifras, celebrar el día de las empresas familiares implica, de algún modo, festejar una jornada en honor a la economía germana.

En Alemania existen diferentes tipos de empresas familiares. Por ejemplo, las que reunieron a sus directivos frente a Angela Merkel en el centro de Berlín el viernes son las así denominadas “grandes empresas familiares”. Están dotadas de una cifra de negocio superior a 50 millones de euros y suman 500 trabajadores o más.

En Berlín, otra agrupación de este tipo de compañías, Las Empresas Familiares, representa a un grupo de 180.000 empresas, con diez o más trabajadores y un volumen de negocio no menor a 1 millón de euros. Anne-Katrin Mortiz, portavoz de esta asociación empresarial, destaca sobre el papel de estas compañías que son, por lo general, “independientes”. “En los años de la crisis aquí, de 2008 a 2009, las empresas familiares mostraron ser increíblemente independientes, porque tenían su propio capital, y eso les permitió a muchas mantener sus empleados”, dice Mortiz a EL ESPAÑOL.

Por otro lado, desde la Fundación de las Empresas Familiares de Alemania, subrayan que en el turbulento periodo comprendido entre 2006 y 2012 las treinta grandes empresas que cotiza en el DAX redujeron un 9% su mano de obra mientras que las 500 mayores empresas familiares aumentaron el número de sus trabajadores un 11%. Eso sí, algunas de las consideradas empresas familiares más punteras son también integrantes del DAX.

Así ocurre con BMW, que encuentra sus orígenes en la familia de Karl Frierich Rapp, o el Grupo Volkswagen, íntimamente relacionada con Ferdinand Porsche y los suyos. En Porsche confió en su día Adolf Hitler para crear la compañía que ofreciera a los ciudadanos de la Alemania nazi el “coche del pueblo”.

Para Moritz, hay otros nombres de firmas que, sin dejar de ser grandes empresas, se identifican mejor con el carácter que se presupone a las compañías familiares. A saber, el fabricante de electrodomésticos Miele o la empresa de alimentación Dr. Oetker. Sin embargo, ambas, al igual que los supermercados Aldi, el fabricante de neumáticos Continental o la especializada en aplicaciones del hogar y el automóvil Bosch, están por encima de los criterios de beneficios no superiores a los 1.000 millones de euros con los que se identifica el denominado Mittelstand.

Con ese término se alude la red de 2,2 millones de medianas empresas clave en las manufacturas del país y que también son, en su mayoría, compañías familiares. “Miele y Dr. Oetker son empresas grandes de Alemania que son familiares, en realidad, esto es una particularidad alemana, el que haya este tipo de grandes empresas controladas por familias”, apunta Moritz.

CAMPEONES OCULTOS

En una economía dependiente de las exportaciones como la alemana, “las empresas familiares también juegan un papel importante” en el comercio exterior, señala la responsable de Las Empresas Familiares. Aquí se encuentra un grupo particular de compañías etiquetadas bajo el anglicismo ‘Hidden Champions’  (Campeones ocultos). Se les llama así por ser empresas altamente especializadas y líderes o en posiciones destacadas dentro de su sector. El fabricante de robots industriales Kuka –otra empresa familiar– es uno de ellos.

El nombre de Kuka resulta de abreviar Keller und Knappich Augsburg. Viene de la ciudad bávara de Augsburgo (sur) y de Johan Josef Keller y Jakob Knappich, quienes fundaron la compañía en el siglo XIX. Precisamente ahora el chino Midea Group está interesado en adquirirla y, en Berlín, Angela Merkel y su vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, se están movilizando para posibilitar que la firma permanezca bajo control europeo. En Alemania a Kuka se la considera demasiado importante en algunas áreas en las que se emplean sus máquinas, por ejemplo, la industria del automóvil.

POTENCIAR LA EXPORTACIÓN

Cuestiones geoeconómicas de este tipo también tuvieron cabida en la intervención de Merkel en el Hotel Adlon Kempinski. La canciller trató allí de calmar los ánimos apuntando a unas sanciones a Rusia por la anexión de Crimea y por su comportamiento en el conflicto civil de Ucrania que están afectando a todas las empresas relacionadas con la exportación. En este sentido, un día antes de que hablara la canciller antes las mayores empresas familiares, Volker Treier, el responsable de comercio exterior de la Asociación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK, por sus siglas en alemán) indicó que “la maquina exportadora está funcionando a bajas revoluciones”.

Para Merkel las sanciones impuestas a Moscú “no son un fin en si mismo”, pues “las buenas relaciones económicas entre la Unión Europea y Rusia van en el interés de todos”. Además, la jefa del Gobierno germano dejó claro una vez más que una eventual firma del tratado de libre comercio que negocian la Unión Europea y Estados Unidos (más conocido por las siglas TTIP) “ofrece más ventajas que inconvenientes”.

Fuente: El Español

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