Los Areces sientan en el banquillo al consejo de El Corte Inglés por el conflicto accionarial
El presidente de la compañía de distribución y tres de los consejeros históricos tendrán que declarar el próximo 6 de junio por la demanda mercantil del accionista disidente
La guerra accionarial en el seno de El Corte Inglés vivirá un nuevo capítulo la próxima semana. La familia Areces, dueña del 9% del capital del grupo de distribución a través de Corporación Ceslar, ha conseguido llevar al banquillo al presidente y a tres consejeros, los cuales han sido llamados a declarar por la expulsión del órgano de gobierno de la sobrina del fundador, Ramón Areces. Todo un ataque a los actuales gestores de la compañía, con los que no han fraguado las negociaciones para pacificar la situación.
Según han confirmado ambas partes, el próximo 6 de marzo tienen que personarse en el juzgado Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés, Leopoldo del Nogal —consejero y ex responsable de compras de los grandes almacenes— y Juan Hermoso, mano derecha de Isidoro Álvarez, que abandonó el consejo el pasado mes de noviembre. Además, también tendrá que declarar un cuarto miembro del órgano de gobierno del grupo, Florencio Lasaga, uno de los dos veteranos directivos con mando en plaza y muy próximo a Cristina y Marta Álvarez Guil, hijas del anterior presidente.
Fuentes jurídicas señalan que El Corte Inglés ha tratado de impedir que su presidente y varios de sus consejeros más representativos tuvieran que ir al juzgado para ser interrogados por la expulsión en agosto de 2015 de Corporación Ceslar, que se opuso a la entrada del inversor catarí, Hamed bin Jassim, y a la modificación de los estatutos. Para evitar la comparecencia, argumentaron que la representación por parte del equipo legal interno y externo de la compañía sería suficiente para defender los intereses del consejo de administración.
Sin embargo, el juez ha considerado necesaria la presencia de la cúpula directiva del grupo en el juicio, ya que han sido llamados a declarar a petición de Carlota Areces, la más pequeña de los cinco hijos de Luis Areces, hermano del fundador, que durante 13 años —entre 2002 y 2015— representó la participación del 9% en manos de Corporación Ceslar. El hecho es muy significativo, porque ningún miembro de El Corte Inglés se ha visto en la historia reciente en el compromiso de tener que acudir a un juzgado, lo que pone de manifiesto las profundas diferencias existentes entre las distintas ramas de las familias descendientes.
Será la primera vez que un presidente de El Corte Inglés se sienta en un juzgado demandado por una de las familias históricas del grupo de distribución
Además, será la primera vez que ambos bandos se vean las caras tras un intento infructuoso de sellar la paz y facilitar la vuelta al consejo de administración tras la última junta general de accionistas. Al contrario, lejos de prosperar las conversaciones, los Areces incrementaron el ataque contra la actual dirección de El Corte Inglés con la presentación de una querella penal para complementar la demanda mercantil interpuesta a finales de 2015.
Sin medidas cautelares
Lo que se dirime la próxima semana es la demanda mercantil, cuyas medidas cautelares —la reincorporación al consejo de administración— no fueron atendidas por el juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid. Ceslar exigió por la vía judicial la impugnación de los acuerdos de la junta de El Corte Inglés, que acordó por unanimidad su expulsión por “los reiterados incumplimientos de sus deberes legales como administrador” y de los «deberes de lealtad y secreto que le son exigibles como administrador al dar difusión pública a informaciones, datos, informes o antecedentes a los que ha tenido acceso en el desempeño de su cargo y sobre los que debía guardar la necesaria reserva».
El consejo de administración consideró que el comportamiento de los Areces Galán impedía «el ordenado funcionamiento del órgano de administración» e imposibilitaba «la buena marcha de los asuntos sociales en perjuicio de la sociedad y el conjunto de sus accionistas». Otras fuentes explicaron en aquel momento que Carlota Areces se negó a firmar una carta en la que se retractaba de declaraciones realizadas en medios de comunicación. Entre otras, las que hizo a El Confidencial, en las que aseguraba que se había hecho «una nefasta valoración» de El Corte Inglés para facilitar la entrada del inversor árabe.
La decisión del juez será vital para el futuro inmediato de El Corte Inglés, inmerso en un plan de reestructuración para afrontar los cambios del consumo, la pesada deuda financiera y la recuperación de los márgenes. Un esfuerzo que podría verse dificultado si la guerra judicial se recrudece.
FUENTE: El Confidencial