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Año y medio después de su marcha tras una discusión con sus padres, Luciano García Carrión regresa como vicepresidente a la empresa familiar, propietaria de los vinos y zumos Don Simón. Su padre, José García Carrión, sigue como presidente del grupo mientras que su madre, Rafaela, ejercerá otra vicepresidencia.
Luciano García Carrión no asistió a la reunión del consejo de administración celebrada el 23 de junio del año pasado en la localidad murciana de Jumilla en la que se aprobaron las cuentas consolidadas de la compañía, abandonando poco después la empresa y presentando su dimisión como consejero y vicesecretario de la compañía.
En el acta de aquella junta de accionistas, se explica que «todos los documentos (en referencia a las cuentas anuales y el informe de gestión consolidados) fueron debidamente firmados en la fecha de su formulación, mediante diligencia, por la totalidad de los miembros del consejo de administración, con excepción de Don Luciano José García Carrión Corujo».
De hecho, el acta de la reunión, «fue aprobada a su término por unanimidad de los reunidos y firmada por el presidente y la secretaria», en referencia entonces a sus padres y máximos accionistas.
El grupo ha incumplido hasta ahora todas su previsiones, una situación que se agravó tras su marcha. Tras alcanzar récord de facturación en 2013, cuando ingresó 755 millones de euros, la empresa anunció un plan para duplicar sus ventas hasta el año 2020, confiando en llegar entonces a una cifra de entre 1.500 millones y 1.600 millones de euros. El hecho es que la realidad ha sido muy distinta. A falta de las cuentas del último ejercicio, la compañía suma ya tres años consecutivos con caída de ventas y desde 2013 ha perdido así un 11% de todo su volumen de negocio. Su facturación en 2016 se elevó a 671,5 millones de euros, lo que supone un 3,8% menos que en 2015. En la misma línea también, en 2016 la empresa obtuvo un beneficio después de impuestos de 24,3 millones de euros, lo que implica un 3,2% menos que un año antes.
Luciano García Carrión había sido, sin embargo, el gran impulsor del crecimiento. El directivo estaba ocupado del negocio internacional y había logrado la firma de un gran número de contratos a nivel internacional, lo que reforzó la empresa. A finales de 2016, además, el grupo dio un gran impulso a su negocio con la compra del cien por cien de Dafsa, el interproveedor de zumos y gazpachos de Mercadona, lo que le permitió volver otra vez a la cadena de supermercados valenciana.
Fuente: El Economista
Institución universitaria, fruto del convenio firmado entre la Universidad de Sevilla y el Instituto de la Empresa Familiar.