Los millennials herederos de empresas priorizan digitalizar el negocio familiar
Valoran el trabajo duro como condición para alcanzar el éxito.
Miguel de Merodio, asesor de familias empresarias y coaching, ha querido romper los mitos sobre los millennials, más concretamente los relativos a jóvenes pertenecientes a familias de empresarios. Con el apoyo de Foro de la Empresa Familiar y la escuela de negocios Esen, el consultor ha realizado una labor de campo entre los hijos y nietos de empresarios de Centroamérica.
«En 10 ó 15 años veremos a los millennials ocupar las posiciones ejecutivas de mayor responsabilidad en las empresa familiares. Por eso me parecía tan relevante saber lo que esperan ahora de sus familias y lo que piensan hacer cuando ellos sean los que tomen las decisiones», explica De Merodio, en el estudio titulado ‘Los Millennials de la empresa familiar’.
Visión empresarial
El análisis, realizado mediante entrevistas directas a herederos de empresas centroamericanas, concluye que en el futuro quieren enfocarse a trabajar tres vectores: primero, la expansión y profesionalización de las empresas; segundo, la digitalización de los negocios y, en tercera posición, consolidación del gobierno corporativo y familiar.
Sobre la digitalización, los futuros empresarios consideran que existe una relación directa entre la expansión y profesionalización de los negocios con la digitalización de las compañías familiares. Los millennials saben el impacto que la tecnología tendrá en el futuro y que ellos deberán afrontar ese reto si la generación precedente no lo hace.
Ven la digitalización no simplemente como incorporar las redes sociales a la forma en que las empresas se relacionan con sus clientes o empleados. La entienden como la completa incorporación de la tecnología en todos los aspectos del negocio.
En lo tocante a la expansión y profesionalización, el trabajo de De Merodio concluye que la generación millennial tiene muy claro que el campo de juego de los negocios familiares ya no es local. Es global. Por ello, quieren expandir sus negocios familiares regional o globalmente (dependiendo del alcance actual). Y para esa expansión, ven necesario seguir profesionalizando la gestión de las compañías consiguiendo no sólo la excelencia sino la agilidad y la velocidad.
El informe cita varias opiniones en este sentido: «Una empresa tiene que ser buena por sí misma. Definir la estrategia y enfocarse en crear la cultura. Da igual si eres familiar o no. No hay que perder la perspectiva de que debes ser una buena empresa», o [Hay que] meterle turbo. Profesionalizar para que haya crecimiento con beneficios para todos los stakeholders».
El tercer vector de la futura gestión de la próxima generación de empresarios, la consolidación del gobierno corporativo y familiar, implica tener reglas claras tanto en la familia como en la empresa. En la mayoría de las entrevistas, «fue una constante el tema de desarrollar su gobierno corporativo y familiar».
Respecto a lo que esperan de sus padres, la prioridad es que sus familias prioricen el crecimiento del patrimonio y protejan el legado familiar intangible. El desarrollo de los miembros de la familia, la protección del patrimonio y la promoción de la cohesión familiar quedan en un segundo plano para la mayoría de los entrevistados. La última prioridad para un alto porcentaje es la distribución de dividendos, que están dispuestos a sacrificar para apoyar el crecimiento.
Se muestran muy responsables, con el fin de estar a la altura del legado familiar, y adquieren un compromiso personal para aportar valor a la sociedad que heredarán.
Fuente: eleconomista.es