Midcaps familiares a las que les gusta la Bolsa
Gestamp, Laboratorios Rovi y Naturhouse son tres cotizadas que desmienten el mito de que las empresas familiares son alérgicas a las exigencias de profesionalización en la gestión y transparencia informativa que implica el salto a los mercados de capitales. Esta semana explicaron sus experiencias en una mesa redonda titulada “La Empresa Familiar en los Mercados de Valores”, dentro del Foro Medcap 2017 organizado por BME.
Javier López-Belmonte, Presidente y CEO de Laboratorios Rovi, explicó que la compañía no salió a Bolsa por la necesidad de buscar financiación porque ya disponía de recursos propios para crecer, sino que lo hizo “para transformar la empresa y tener un crecimiento consolidado”, porqueno quería “estar atrapado por los accionistas y otros condicionantes” y para obtener “visibilidad y captar recursos humanos, porque a veces no basta con los incentivos para conseguirlo”.
Félix Revuelta, el propietario de Naturhouse, coincidió en que su compañía tampoco necesitaba recursos, pero decidió saltar al parqué “por prestigio personal –la empresa nació de la nada y para mí era como una matrícula de honor que me lo reconocieran–”, para poder acceder al mercado de Estados Unidos “–si eres familiar te consideran como de segunda división–” y para evitar los problemas de sucesión típicos de la empresa familiar, ya que sus hijos –la segunda generación– ya están incorporados a la compañía.
Francisco J. Riberas, Presidente y Ceo de Gestamp, la compañía que menos tiempo lleva en Bolsa de las tres que participaban en la mesa redonda de referencia, reconoció que la salida a cotizar fue “un paso natural”, ya que, desde 2013, la compañía estaba familiarizada con los mercados de capitales al haber emitido bonos. “Ya éramos muy grandes y queríamos atraer y retener a la gente. Los 100 primeros directivos tienen el 1,5% del capital desde que salimos a bolsa”, explicó. Para Riberas, cotizar también “da seguridad a todos los `stakeholders´ a largo plazo.”
La aportación diferencial de la empresa familiar
El moderador de la mesa, Jordí Llidó, Socio Financial Advisory de Deloitte, fue introduciendo algunos temas claves. Entre ellos, qué valor añadido adicional podía proporcionar al inversor la condición de ser una empresa familiar.
Hubo consenso en que, como dijo el directivo de Rovi, en las empresas familiares “se produce una alineación entre los ejecutivos y los accionistas e inversores que en muchas otras compañías no está tan clara. Tienes una vinculación muy especial a largo plazo y eso me ha llegado mucho de los inversores, que tienen o buscan el mismo desvelo. Se ha demostrado que las empresas familiares tienen un comportamiento de buenos valores a largo plazo, más allá de circunstancias del corto plazo”.
Las ventajas de cotizar
Ribera explicó que, aunque Gestamp había crecido con una política sensata antes de comenzar a cotizar, desde un punto de vista financiero, el acceso al mercado de capitales le permitía “hacer otro tipo de operaciones, más grandes, usar el canje de acciones…es una cierta ventaja, aunque el tema financiero no sea nuestra primera prioridad”.
En este sentido, el directivo de Rovi consideró “muy positivo” cotizar en bolsa, ya que “el mercado es muy global, te da un montón de variables y te permite tener ese camino andado si llega una oportunidad, ya que juegas al mismo nivel que otros operadores que sí cotizan”.
Cambios internos
Las tres compañías vivieron de modo diferente los condicionantes internos que implica la salida a Bolsa para una empresa.
En el caso de Gestamp, el proceso de preparación fue muy rápido, de 7 meses, ya que la compañía partía de una situación que no era mala al estar ya en el mercado de bonos, con accionistas multinacionales y acostumbrados a las conferencias con inversores. “El reporting no ha sido un gran cambio”, añadió, pero sí la adaptación del área de Gorvernance, con la creación de “un buen consejo de administración.”
En cuanto a Rovi, la compañía invirtió 8 o 9 meses en captar los recursos necesarios para reforzar las áreas de legal, control interno y relaciones con los inversores. “La visibilidad de la Bolsa te obliga a estar al día en muchos aspectos y muy alerta para tener la empresa en perfecto estado de revista. Si no cotizas, a lo mejor no tienes ese grado de exigencia, de modo que si lo haces, eso te ayuda a gestionar mejor”.
Recomendaciones
López-Belmonte recomendó salir a Bolsa a “cualquier compañía que tenga claro el proyecto a largo plazo” y que, si no se es un profesional del mercado financiero, “buscar un buen asesor”.
El fundador y dueño de Naturhouse dijo que para salir a Bolsa, una empresa “debe ofrecer algo a los accionistas”. En el caso de su empresa, “un pay-out del 80%. Somos una compañía de rentabilidad, aunque no seamos muy líquidos porque sólo cotiza el 20% del capital.”
El presidente y CEO de Gestamp recomendó “aplicar el sentido común y no dejarse llevar por las modas o los gustos de los asesores”. La compañía que sale a Bolsa, debe saber “que es una metamorfosis y que hay que hacer un esfuerzo muy importante”, dijo. También aconsejó salir a Bolsa “si se ven más ventajas que inconvenientes.”
Fuente: Consenso del Mercado