La guerra familiar en Pastas Gallo provoca la venta del 40% de la empresa
Pastas Gallo busca comprador para el 40% de la compañía.
Para ello, dos de las propietarias buscan posibles interesados ofreciendo este paquete accionarial por una cantidad cercana a los 120 millones de euros, tal y como ha podido saber elEconomista de fuentes del mercado. Tras más de siete décadas siendo íntegramente familiar, dos de los cinco hermanos de los Espona Massana han tomado esta decisión aprovechando la recuperación económica de la compañía y la mejora del consumo.
Hasta el momento, el accionariado se repartía a partes iguales entre los cinco hermanos (Pedro Antonio -el presidente-, Fernando, Pilar, Silvia y Carlos Ignacio), que controlan el 20% cada uno. Pero han sido las diferencias sobre cómo afrontar el futuro de Pastas Gallo lo que ha llevado a las hermanas Espona Massana a tomar esta decisión. Así, mientras ellos quieren seguir controlando la firma familiar, ellas son partidarias de hacer caja aprovechando la consolidación de sus resultados y abriendo una brecha en la gestión familiar.
En este sentido, cabe recordar que Pastas Gallo entró en pérdidas en 2012 como consecuencia de la caída del consumo y la fuerte competencia de la marca blanca. Sin embargo, gracias a la puesta en marcha del Plan Industrial 2012 la firma consiguió reestructurar su negocio, volver a números negros, aumentar su liquidez y reducir el endeudamiento.
Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Productos Alimenticios Gallo -la matriz de la firma- volvió a beneficios en 2014, cuando ganó 818.929 euros. En el ejercicio pasado, esta cifra se incrementó hasta 3,67 millones de euros. Se destinaron 948.000 euros a dividendo y el resto a reservas. Gracias a este impulso, los fondos propios ascendieron a 66 millones. En términos de facturación, esta sociedad registró un avance del 10,7% en 2015, hasta 115,36 millones de euros, lo que deja el escenario listo para lanzar el proceso de venta.
Pese a esta situación, los números no acaban de convencer a los potenciales compradores que, pese a la solidez del negocio y de que se trata de la firma líder en el mercado de la pasta en España, consideran que la cantidad exigida es demasiado alta (la valoración total de la compañía asciende a 300 millones de euros). Y más teniendo en cuenta que la adquisición de este paquete accionarial no permitiría a los potenciales compradores tener una posición de control.
«Y es bastante improbable que la consigan en el largo plazo», explicaba una de las fuentes financieras consultadas por este diario. «Si se pusiera a la venta el 100% del grupo, otro gallo cantaría, habría muchísimos más interesados por la solidez de la marca», añadió.
De hecho, esta compañía catalana lleva muchos años en el punto de mira de grandes industriales como Ebro Foods y Grupo Siro, pero también de fondos como Eurazeo o Artá, de la familia March. Es más, en el mercado se especuló hace siete años sobre una posible venta del 100 por cien de Pastas Gallo. Además de los anteriormente citados, también se habló de Sos Cuétara e incluso fondos de capital privado como el británico 3i.
Más de siete décadas
Pastas Gallo fue fundada por José Espona en 1946, mediante la adquisición de una fábrica de harinas en Rubí (Barcelona). Por aquel entonces, los fabricantes de pastas sólo trabajaban con trigo blando, y Espona abrió el camino del trigo duro convenciendo a un gran número de agricultores para que iniciaran su plantación y cultivo.
En 1958, Espona compró la fábrica de El Carpio, que inicialmente era un molino, y que transformó, además, en fábrica de pastas. La venta de pastas de sémola de trigo duro fue difícil en sus inicios, al no existir mercado, pero, en poco más de una década ya era posible encontrar Pastas Gallo en más de 100.000 puntos de venta.
En los años setenta, Gallo introdujo la pasta compuesta y se consolida como marca líder. Ocho años después se constituyó Comercial Gallo -que se dedica a la distribución de pastas-. Ya a partir del año 2000, Gallo lanzó pastas y salsas frescas, así como la gama de platos refrigerados. En 2004, inauguraron la planta de productos frescos en Granollers (Barcelona).
En la actualidad, Pastas Gallo produce al año 160.000 toneladas en tres fábricas: Granollers, El Carpio (Córdoba) y Esparreguera (Barcelona), que con el plan de ajustes fue reconvertida a una fábrica de pastas sin gluten. En términos de empleo, Productos Alimenticios Gallo suma una plantilla de 208 personas y Comercial Gallo con 65 empleados.
Fuente: elEconomista