Tartaric, un caso de éxito en la empresa familiar
Hoy en día, está muy extendida la idea de que las empresas familiares tradicionales tienen muchas dificultades para seguir manteniéndose en un mercado tan complejo y con una competitividad tan elevada como el que se da en la actualidad. La cuestión es que no siempre es así, un ejemplo de esto es el de la empresa Tártaros Gonzalo Castelló.
Reproducimos la siguiente noticia recogida del periódico online “El Semana Digital” publicada el 28 de agosto de 2015.
El secreto de Gonzalo Castelló se encuentra en la tradición y la experiencia, así como en un producto no demasiado común. Una empresa familiar alicantina que actualmente cuenta con sede en New York y que actúa en el mercado desde hace más de 100 años, concretamente desde el año 1907 produciendo y comercializando sales y ésteres del ácido tartárico natural. Todos sus productos proceden del ácido tartárico de la uva, y se producen en sus bodegas.
El cuidado con el que manejan todo el proceso de producción y venta, ha hecho su camino hacia la internacionalización mucho más sencillo. El secreto está en cuidar cada detalle y en seguir manteniendo la tradición siendo capaces de adaptarse a los cambios del mercado.
Para ello invierten de forma constante en innovación y tecnología. Ahí está la clave, y es que la innovación es su máxima. Su departamento de I+D es el responsable de que su producción sea cada vez mayor.
Otro de sus puntos fuertes es el buen servicio que prestan al cliente. Ser una compañía internacional no ha de significar estar completamente automatizado, en Tártaros Gonzalo el cliente es lo más importante.
En resumen, los factores que han sido claves en el crecimiento de esta empresa y en la posibilidad de internacionalizarse a pesar de ser una pequeña empresa familiar han sido:
• El cuidado de su producción y de la calidad de sus servicios.
• El trato personalizado al cliente.
• Comercializar su producto además de fabricarlo en vez de operar con otras empresas intermediarias.
• La inversión constante en I+D.
• El saber adaptarse a los cambios del mercado.
FUENTE: EL SEMANA DIGITAL